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La Generación Y



Generación Y: ni los unos, ni los otros.






 




La Generación Y quedó atrapada entre la mítica Generación X y los Millennials, lo que no les quitó protagonismo, pero sí minimizó la popularidad de su designación

Los Millennials son los sucesores de la Generación X, llegados al mundo entre el inicio de la década de 1980 y mediados de la de 1990, descendientes de los Baby Boomers y de los más tempranos GX, a veces referidos como los Eco-Boomers o la Generación Boomerang por el rebote en las tasas de natalidad posteriores a 1980 (aunque nunca fueron tan altas como las de la posguerra temprana) y por las preferencias un tanto vintage de sus integrantes.

La Generación Y fue la primera digital desde la cuna, porque su irrupción coincidió con la aparición y difusión de las computadoras personales y, más tarde, la telefonía celular e Internet, sólo por nombrar lo más relevante.

Marcada por un uso intensivo y una gran familiaridad con las comunicaciones, los medios y las tecnologías más novedosas, en la mayor parte del mundo su educación se caracterizó en enfoque más liberal de la política y de la economía, al tiempo que se volvían hipersociales.

La Gran Recesión, iniciada sobre el final de la primera década del milenio, ha tenido un gran impacto sobre los GC porque ha causado niveles históricamente altos de desempleo entre los jóvenes y ha llevado a la formulación de especulaciones innumerables sobre los daños económicos y sociales a largo plazo sufridos por esta generación.

En su libro “Generation Me”, el psicólogo Jean Twenge los describe como más seguros, asertivos y «miserables» que las generaciones precedentes; en un artículo de portada, la revista Time los tildó: “Millennilas: The Me Me Me Generation”, mientras Newsweek utilizó el término “Generation 9/11” para señalar a quienes tenían entre 10 y 20 años cuando sucedieron los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Impregnados de conciencia ambiental, los GY defienden al Planeta desde perspectivas ecológicas mínimamente contaminantes, aunque, paradójicamente, no están abiertos a integrarse en ningún programa de depuración ambiental, acaso porque no están interesados en mantenerse al tanto de las cuestiones políticas ni en desarrollar una filosofía de vida significativa.

Los nuevos hábitos de ahorro y consumo hacen que desdeñen a la cultura del automóvil, prefieran trabajos free-lance en la comodidad del hogar, sean adictos a Internet y a todas las formas de redes sociales, persigan experiencias profesionales desafiantes y motivadoras, y vivan el presente mientras puedan y lo mejor que puedan; curiosamente, los GX cultivan un pensamiento estratégico –contrapuesto a la ausencia de fe en el largo plazo– y son capaces de atender varias tareas al mismo tiempo, en parte gracias al auxilio y a los beneficios de la tecnología.

Generación X, Generación Y, Generación Z: los Millennials.

La Generación Y quedó como el jamón del sandwich, atrapada entre la Generación X y la Z, y acaso más favorecida.

Un GY, antes que procurarse una vivienda propia, trata de usar tiempo y recursos en viajar, y conocer, milita en favor de la despenalización de la marihuana, descree de las grandes marcas, medios e instituciones, y basa la toma de decisiones en verificaciones que realiza en la web a través de Google y de todo el arsenal de motores de búsqueda de que dispone hoy en día.

Sin embargo, mucho más inclasificables que los GX, los Millennials no pueden ser retratados con precisión porque lo que abunda y excede entre ellos es la diversidad y la identidad individual exacerbada, lo que hace ociosa a toda la descripción previa para estos cultores del smartphone y las redes sociales.

No es casual que el término Generación Y se utilizara por primera vez en una editorial de Advertising Age (Ad Age) de 1993 en un intento de definición de quienes comenzaban a entrar en la adolescencia pro entonces.

Una de las acciones en masa más notables de los Millennials fue la movilización estudiantil de 2011 en Chile en oposición a las políticas educativas del gobierno del presidente Sebastián Piñera, sustentadas en el sistema engendrado sobre los finales de la década de 1970 por la dictadura del general Augusto Pinochet, que causó un verdadero terremoto institucional de larga duración y de algún modo la declinación definitiva de la figura de Piñera.

En abril de 2016 la Generación Y (con 77 millones de integrantes) superó a la población de los Baby Boomers (con 76 millones) en EE.UU.

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