Seguidores

Quién es Violeta Granera

Violeta Granera Padilla


 Es una socióloga originaria de León, tiene 67 años y desde los años ochenta, como exiliada en Guatemala, empezó su rol como referente antisandinista con la excusa de ser defensora de
derechos humanos ... y la preparan para ser la candidata a la presidencia de un eventual nuevo gobierno con el apoyo de Washington.

Trabajó en el Banco Mundial durante tres años. Su padre, Ramiro, era somocista y fue juzgado y ajusticiado por el Gobierno sandinista. Violeta fue funcionaria del gobierno de Enrique Bolaños en el Consejo de Planificación Económica y Social y después se integró al Movimiento por Nicaragua, desde donde dirigió campañas para promover el voto, la observación electoral y la transparencia [siempre que fuera antisandinista], a través de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos y en el grupo Fundemos, financiados por la NED y la USAID.

Granera señala que la primera reunión que sostuvo con la OEA y Luis Almagro fue en 2016, en la cumbre que se dio en República Dominicana. "A partir de ahí abrimos un canal de comunicación que ha sido bastante fluido y hemos tenido ya unas tres o cuatro reuniones con el equipo de Almagro en Washington".

"Otro trabajo que hacemos cuando vamos a Washington son citas en dependencias del Capitolio con diferentes actores, con equipos de trabajo de congresistas (Ileana Ros-Lehtinen, Ted Cruz, Roberto Menéndez) que tienen interés en Nicaragua, pero también con organismos de derechos humanos como Freedom House, WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), y algunos think tanks que hacen estudios de investigación sobre Centroamérica", añadió.

Granjera fue acompañada la primera vez por José Pallais, de la Fuerza Unida Liberal; la segunda gira fue con Moisés Hassan, coordinador del Partido Acción Ciudadana, y la última con Suyen Barahona, presidenta actual del MRS (Movimiento Renovador Sandinista, que supuestamente está a la izquierda del sandinismo).

Es también difusora de 'fake-news' elaboradas por los laboratorios estadounidenses de propaganda y guerra sicológo-neurológica, señala el Observatorio en Comunicación y Democracia. 

Comentarios

Post del mes